Que pena.



Se nos deshizo el nudo,
qué pena, qué pena,
creí que era importante,
que dejaría huella.

Y ahora reinventarnos,
qué pena, qué pena,
ya no hay amor ni olvido para mi.

Y nos despedimos así, 
como si nada,
sin mirarnos, sin hablarnos, 
sin besarnos, sin tocarnos,
nos despedimos así, 
como si nada,
cada uno a su camino, 
cada cual con su destino.

Se quedó un lugar vacío 
de tu cuerpo a mi delirio,
laberinto insoportable de tristeza,
qué pena, qué pena

mis alas no caminan,
mis pasos ya no vuelan.

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