Memoria muscular

Cuando la mente aprende un nuevo concepto y lo transmite a los músculos, empieza el desarrollo de la memoria muscular. En este proceso se asimila y se recuerda lo que el cerebro comunica para crear nuevos hábitos musculares.

Los bailarines, atletas y demás deportistas han usado la memoria muscular durante años. Sus cuerpos siguen recordando los pasos de baile o la técnica para atrapar un balón mucho después de su último juego.

Cuando una bailarina se lastima y la lesión no le permite practicar, puede observar el ensayo y después ejecutar de manera impecable los movimientos.

El cuerpo recuerda cómo levantarse, cómo andar en bicicleta; dicho de otro modo, se acostumbra a ciertos movimientos. Por ejemplo, después de haber cambiado los muebles de lugar, el cuerpo sigue dirigiéndose a donde solía estar el sillón. Un poco más complicado, los gimnastas al hacer un mortal al frente no piensan el movimiento paso a paso simplemente lo hacen, similar a caminar, no pensamos que vamos dando un paso y luego volvemos a pensar para dar el siguiente. Ellos simplemente saben que quieren dar un mortal y su cuerpo hace el resto.

Al realizar un deporte o hacer sistemáticamente una actividad física pasa lo mismo: el ejercicio se lleva a cabo, pero eso no implica que se haga de forma correcta.

RELACION MENTE-CUERPO

Si la postura no es la adecuada, los movimientos son desordenados y sin esfuerzo, y no se toma en cuenta que cada músculo implica posición, contracción o relajamiento, el cuerpo se acostumbrará a hacerlo de esa manera.

La relación mente/cuerpo y la concentración ayudan a mejorar los esfuerzos del acondicionamiento físico y a que sean efectivos.
El método de la memoria muscular fue desarrollado por la estadounidense Marjorie Jaffe, quien tiene más de veinticinco años de experiencia en la ejecución y el estudio del acondicionamiento físico.

En sus clases, Jaffe enseña a sus alumnos los nombres de los músculos, cómo funciona cada uno y cómo pueden sacar el mayor provecho de cada movimiento.

El secreto del ejercicio eficiente no radica en repeticiones interminables sino en la forma apropiada, la intensidad consciente y el goce, que transforman al ejercicio en un hábito permanente.

ETAPAS DEL METODO

- Cada semana se practica un ejercicio que entrena al músculo de la manera correcta.

- La semana siguiente se refuerza ese uso muscular hasta que se perfecciona.

- Cuando se entrenan los músculos y se toma conciencia de la relación mente/cuerpo se llegan a utilizar más fibras musculares.

Katia Garza, quien practicó ballet por diez años y actualmente es profesora de jazz en la ciudad de México, comenta que conoció este método en uno de sus viajes a Nueva York, a partir de la información del Programa para el Cuidado de la Espalda de esa ciudad.

«Cuando entendí el proceso de la memoria muscular me di cuenta que muchos de mis movimientos de ballet, que yo pensaba correctos, estaban mal empleados; a partir de la memoria muscular mi eficiencia al bailar se incrementó, mucho más rápido de lo que yo hubiera pensado».

Garza comenta que en todas sus clases enfatiza la importancia de este método para que sus alumnos, aun los que son niños, puedan incrementar la eficiencia física.

La memoria muscular es una capacidad que tiene el cuerpo y no la mente de aprender movimientos.

Es decir el cerebro tiene una pequeña habilidad junto con el sistema nervioso de general hábitos musculares que ayudan al cuerpo a no estar pensando cada movimiento que hacemos.

Todos tenemos memoria muscular y la usamos sin estar conscientes de ello.

¿Cómo se logra esto?

De hecho es sencillo. Primero es saber el movimiento (obvio), si no lo sabes pues lo aprendes. Y luego lo repites y lo repites una y otra vez. Aunque no es tan fácil el movimiento sólo es válido si te sale bien.

Ya que tienes el movimiento bien hecho pues entonces dejas que lo aprenda tu cuerpo. Para asustarlos un poco según científicos un movimiento se vuelve parte de tu “memoria muscular de por vida” hasta cerca de la repetición 5000.

Esto solo dice que si haces 5000 repeticiones de un movimiento aprox., años y años después de haber dejado de hacer ese movimiento lo podrás hacer sin pensarlo porque ya es parte de tu cuerpo. Sin embargo uno utiliza la memoria muscular desde que haces el primer movimiento y se va arraigando desde los primeros cientos … Con la memoria muscular de nada sirve que repitas y repitas un movimiento si estás haciendo mal el movimiento, ya que estás memorizando muscularmente un movimiento mal hecho. Es relativamente fácil hacerse de una memoria muscular sin embargo es un poco más difícil modificarlo o corregirlo. Ya por último: ES MUY IMPORTANTE que las últimas 4-6 repeticiones que hagas salgan bien, ya que estás son las que más se quedan guardadas. Nunca termines con una caída, ya que estas también se guardan en la memoria muscular. Levántate y has otras 4-6 bien hechas. Imagínense que simplemente te salga lo que quieras con solo quererlo, y dejar que tu cuerpo haga el resto.

Conclusión:“no es lo mismo saber hacer un movimiento, a que un movimiento sea parte de ti”

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